miércoles, 18 de mayo de 2011

EL TEATRO.



Los romanos asimilaron la cultura griega y la adaptaron a su propia sociedad ampliándola en algunos aspectos, en ella se incluyen los modelos de literatura y religión pero también su modelo de ocio. El teatro conformó uno de esos pilares y se convirtió junto con el circo y el anfiteatro en lugar de reunión y diversión de todos los estamentos sociales.
Todas las ciudades imperiales gozaron de estos servicios de entretenimiento, muestra de ello son la cantidad de teatros de la geografía española, el más espectacular sin ninguna duda el teatro romano de Mérida que persiste aún hoy como centro cultural, por lo tanto cabe resaltar su importancia en los núcleos urbanos que conformaban las principales provincias romanas.

Las representaciones teatrales no sólo se realizaban en espacios designados para ello, sino que también se instauró en espacios abiertos dentro de la propia urbe para amenizar el día a día al visitante ocasional o al ciudadano de a pie. Cualquier esquina, cualquier plaza servía de vehículo para mostrar una obra, algunas con un aire grotesco o cómico en clara alusión crítica de la política o de la propia sociedad romana.

El teatro de nivel, no gozaba de tanta fama como en la sociedad griega, de hecho no hay tantos autores teatrales en la época romana con la autoría y reconocimiento de las principales figuras de la tragicomedia griega pero no por ello debemos olvidar a Ennio, Séneca Cicerón o Plauto no obstante las representaciones siguieron siendo en su mayoría adaptaciones de las obras griegas de Aristófanes, Esquilo, etc...

Para explicar como se conformaban las obras, en lo que atañe a la representación física, debemos primero saber como estaba construido el edificio y como
se distribuían las diferentes partes:


La cavea: Era el espacio donde se ubicaban las gradas y los asientos para espectadores. De forma semicircular y construidos en madera, ladrillo o mármol. Los primeros asientos estaban asignados a los cargos públicos más representativos y a la aristocracia romana, cuanto más alto se estaba menos grado social se tenía. La cavea disponía de accesos superiores,  inferiores y laterales que permitían el rápido desalojo de los espectadores.
Edificio escénico: Era la superficie que ocupaba por una lado el escenario y por otro la orquesta, a los laterales habían accesos para la entrada de músicos y coros mientras que el escenario estaba conformado por varias puertas ubicadas en la mayoría de casos en dos plantas decoradas con columnas de granito por donde aparecían los actores. Bajo el escenario habían diferentes plataformas elevadoras que permitían crear ciertos efectos especiales como el ascenso o la desaparición de los actores.


EL CIRCO


Durante la época republicana, los dos senadores escogidos para ejercer el cargo durante ese año procuraban a la plebe los más grandes espectáculos que sus arcas personales les podían ofrecer. En el año de Bíbulo y César, este último ofreció uno de los mejores espectáculos solicitando un crédito a su amigo Craso, con ello Julio César se procuró el amiguismo y el apoyo del pueblo romano y el rechazo a su homólogo Bíbulo que vio como su popularidad caía estrepitosamente, siendo declarado ese año como el "año del gobierno de César".
Julio no se conformó con ofrecer espectáculos de gladiadores sino que incluyó batallas navales que se celebraban en el circo, con un proceso de ingeniería que permitía inundar la arena.
Así era un romano... podía dar el poder a quién más le ofreciera.
Eso se perpetuó durante los siglos
posteriores así pues encontramos un nutrido grupo de emperadores que ejercieron su imperium no en el senado sino en el anfiteatro, uno de los casos más claros fue sin duda Cómodo, hijo de Marco Aurelio, que ante su incompetencia como emperador dio a Roma lo que quería, cientos de días de fiestas que incluían espectáculos diarios de luchas de gladiadores y de matanzas de fieras (tigres, osos, leones, etc...), es bien conocido que él mismo era un amante de ese género e incluso se dice que el emperador luchaba como gladiador en algunos de sus espectáculos, pero todo ello sacado de las arcas imperiales con lo que un emperador derrochador significaba que el heredero debía recuperar lo perdido para nivelar las arcas. No todos fueron amantes de estos espectáculos pero todos sabían de su importancia, por ello hasta el más austero de los emperadores ofreció juegos a la plebe.
Los primeros anfiteatros eran estructuras móviles de madera formadas por dos semicírculos es decir, dos teatros de madera unidos por el centro, que separados servían para ofrecer obras de teatro pero que juntos formaban una arena para gladiadores. Pero la importancia de instaurar un edificio para estos menesteres llevó a Augusto a inagurar el primero construido en piedra, lamentablemente y debido a los incendios que asolaban Roma se perdió.
Vespasiano sabía de la necesidad de ofrecer a la ciudad más importante del imperio un lugar de ocio digno de su estatus, por ello mandó construir el mayor anfiteatro conocido y el mas popular en la actualidad como símbolo de Roma: El coliseo.
Este prodigio de ingeniería romana se inaguró bajo el mandato de su hijo Tito y fue una de las más colosales construcciones de la época, para su inaguración se dedicaron 100 días de juego y espectáculos de fieras (llamadas venationes).



TERMAS

A finales del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los gimnasios griegos se perfeccionaron y crecieron en complejidad convirtiéndose en estancias independientes destinadas solo al baño. Estas estancias ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.
En Roma, siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto fueron del gusto de la ciudadanía. Ya no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación, así como aquellos medicinales cuando las aguas tenían propiedades curativas, sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como esencias y aceites especiales.
El nombre de termas se aplica por primera vez a unos baño construidos por Agripa en el año 25 d. C. Nerón construyó unas termas en el campo de Marte, hoy totalmente desaparecidas. Las primeras termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e inauguró Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla, cuya inauguración tuvo lugar el año 216.
El uso de las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C., cuando se descubrió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente gracias al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio romano a toda Europa.

Vista parcial de las ruinas de las termas de Caracalla en Roma.
Las actuales ruinas de las termas romanas de Caracalla dan idea del monumental tamaño del complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o tiendas. Estas instalaciones, construidas alrededor del año 217, tenían un aforo de 1.600 usuarios. Las termas de Diocleciano, otras de la importantes instalaciones de este tipo de la capital del Imperio, fueron remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de Santa María de los Ángeles.
Los restos termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya, datadas en el siglo II a. C.
Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el sol. En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.


Circo romano: carreras de caballos

Actualmente los espectáculos circenses los relacionamos con las carreras de cuadrigas, pero lo cierto es que constaban de diferentes actuaciones, habían exhibiciones de jinetes con acrobacias, o carreras de dos (bigas), tres (trigas), cuatro (cuadrigas) o más caballos, todo ello con una entrada espectacular precedida por el sonido de las trompetas. En el centro de la pista se situaba una mediana oval spina decorada con figuras que eran retiradas una a una según se sucedían las vueltas.
Las carreras empezaban con el lanzamiento del pañuelo blanco, este gesto era hecho por el organizador del evento, ornamentado de una manera ostentosa, bajo él, en la arena, se situaban los jinetes con sus caballos y delante de ellos se situaba una cuerda atada a piezas de mármol para marcar la salida, cada uno de los equipos eran llamados factio, estos estaban diferenciados por un color (blanco-albata, verde-preasina, azul-veneta, roja-russata) esto servía para que el público hiciera sus apuestas a la cuadriga vencedora, al inicio de la carrera el estruendo era increíble ya que cuanta más dificultad mayor era la expectación, los circos eran relativamente estrechos así que cuando la factio giraba se podrían producir choques entre ellos o contra las columnas. Una carrera limpia, era una carrera aburrida, un auriga o jinete arriesgado, se convertía en un ídolo de masas, parecido si cabe a la popularidad de los grandes gladiadores romanos. Se completaban 7 vueltas, después de las cuales, el vencedor recibía la aclamación del público y compensaciones económicas por parte del emperador o en su defecto del organizador.

En Imperio Romano, la prostitución era habitual y había nombres distintos para las mujeres que ejercían la prostitución según su estatus y especialización. Las cuadrantarias eran llamadas así por cobrar un cuadrante (una miseria).
En la Roma Clásica, algunos prostitutos masculinos esperaban en las esquinas de los baños a mujeres que solicitaran sus servicios.

1 comentario:

  1. Parece ser que era habitual para los romanos este tipo de diversiones, y tambien eran muy adeptos al latigo y el azote hacia el esclavo, saludos, muy interesante.

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